Hoy queremos contaros una noticia interesante y que, a veces, la mayoría no es consciente de las consecuencias que provoca. ¿Conocéis el termómetro del ruido?

Como todos sabéis, el umbral de audición normal está en 20dB.

Por ejemplo, una conversación en susurro serían 30dB, pero, sin embargo, una biblioteca en “silencio” o el ruido de una nevera estarían cerca de los 40dB. La lluvia normal produce un sonido de 50dB, igual que la música de fondo y el microondas o lavavajillas cerca de 60dB. A partir de ruidos de más de 65dB encontramos la aspiradora, la alarma de humo o el despertador.

Pero cuando el sonido tiene más de 85dB pueden comenzar los daños auditivos y, según la Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo, habría que usar protección auditiva.

Por ejemplo, el ruido del metro son 90dB, una sierra produce un sonido de 93dB, una alarma de incendios 95dB y un tractor 100dB. A partir de 100dB, el ruido es extremo. Por ejemplo, el ruido de una moto son 105dB, el de un bebé llorando 110dB, una sirena de una ambulancia 112dB y un camión 114dB. Si se superan los 115dB, se debe usar protección para no sufrir daños. En estos casos entraría un concierto de rock o el ruido durante un partido de fútbol.

Los ruidos de a partir de 120dB el oído es incapaz de soportarlos si no es con protección, por ejemplo en los aeropuertos, con el ruido que hace un avión al despegar, 150dB. Por último, los oídos quedarían dañados completamente con ruidos superiores a 160dB, por ejemplo con el despegue de un cohete.

Es muy importante tener en cuenta que se necesita una protección adecuada para proteger el oído y evitar casos de pérdida auditiva porque los médicos aseguran que la hipoacusia o sordera es muy común en el ámbito laboral.

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