Miguel Ángel Font Bisier es guionista y director, pero sobre todo un gran defensor de la accesibilidad. En 2016 se embarcó en un proyecto único y revolucionario: XMILE, un cortometraje multisensorial en el que los espectadores, además de ver y escuchar, también podían oler, degustar y tocar. Tras él vino Tiempo de Blues, el que será su segundo cortometraje inclusivo y que se estrenará próximamente.

Junto a su obra audiovisual destaca también su fuerte implicación e iniciativas para concienciar a los comunicadores sobre la importancia de la accesibilidad. Recientemente ha publicado el libro Cine de Diseño Universal y en los próximos meses impartirá un Título de Experto en Comunicación Inclusiva en la universidad.

Le entrevistamos para el blog de Visualfy.

Hola Miguel Ángel, seguro que a nuestros lectores les gustaría conocer quién hay detrás de un proyecto tan emocionante, ¿podrías presentarte?

Soy Miguel Ángel Font Bisier, tengo 32 años y nací en Valencia. Hablo cinco idiomas y un poco de lengua de signos. Estudié violín durante casi veinte años, pero, al terminar el Selectivo, me di cuenta de que la música no era mi vocación real, por lo que decidí reorientar mi camino y estudiar Comunicación Audiovisual en la universidad.

Ahora, tras más de diez años en el sector, trabajo como guionista y director. No obstante, y gracias a los proyectos accesibles-inclusivos que venimos desarrollando, también me dedico a la docencia y a la investigación, para crear películas y contenidos audiovisuales que tengan en cuenta al mayor sector de público posible.

Creo que tener una mirada inclusiva en nuestro día a día puede mejorar cualquier producto, contenido, o servicio. Si tenemos en cuenta a más personas, todas ganamos.

Hemos leído que te desenvuelves muy bien en lengua de signos, ¿cuál fue tu primer contacto con la comunidad sorda?

Nuestro trabajo dentro del campo de la inclusión empieza con el cortometraje multisensorial XMILE, durante el verano de 2016, fecha en la que no conocíamos nada al respecto de la accesibilidad. Conforme íbamos ganando experiencia diseñando las herramientas de accesibilidad, empezamos a testear el subtitulado para personas sordas y la audiodescripción para personas ciegas con el público al que iban destinadas.

Así es como fuimos conociendo a diferentes personas con discapacidad que, a lo largo del tiempo, se han convertido en amistades muy fuertes.

En cuanto a la lengua de signos, mi primer contacto con ella fue a través de ASOCIDE CV, la Asociación de las Personas Sordociegas de la Comunidad Valenciana. Me enseñaron antes a signar a través del sistema dactilológico en la palma de la mano, que de forma tradicional. El motivo es que decidimos crear una experiencia con XMILE que incluyera a este colectivo.

Más tarde, realizamos la premiere de XMILE y ahí es donde empecé a conocer a muchas personas sordas. Del interés mutuo en comunicarnos y establecer puentes de diálogo (que duran hasta el día de hoy) es de donde nacen mis conocimientos de la lengua de signos. No he realizado cursos y por eso cometo el fallo de hablar casi en bimodal, porque muchas veces hago de enlace entre personas oyentes y sordas y me toca hablar mientras signo, pero gracias a las diferentes colaboraciones que llevamos a cabo junto con FESORD CV y al resto de personas sordas que nos apoyan, ¡voy mejorando!

La accesibilidad es un pilar fundamental en tus proyectos, ¿por qué?

Creo que, aunque ser director de cine o guionista puede sonar glamouroso, ante todo hay que definirse como comunicadores.

A día de hoy ya existen herramientas, instituciones, conocimientos, plataformas y tecnología suficientes como para que la accesibilidad ya no suponga un coste inasumible. Si queremos ser comunicadores en el mundo en el que vivimos, hay que actualizarse y pensar en un mayor sector de público, que tiene las mismas ganas de expresarse y de acceder a la cultura como el resto.

Además de la cuestión ética y profesional, está la experiencia de vida que estoy teniendo desde que me dedico a la inclusión audiovisual… Podría decir que estoy en mi mejor momento personal, y que gran parte de esa situación se debe al cambio de mirada que me ha supuesto desarrollar este nuevo sistema de trabajo.

XMILE y Tiempo de Blues son dos de tus cortometrajes más conocidos, ¿en qué se diferencian de cualquier otro cortometraje que se haya hecho?

XMILE es un cortometraje multisensorial y accesible . Esto quiere decir que las proyecciones que ofrecemos contienen experiencias a través de los cinco sentidos. Hay olores sincronizados a diferentes escenas de la película, el público puede probar las bebidas futuristas que aparecen en pantalla, tocar todos los elementos de vestuario y efectos especiales en una exposición anexa,… y, por supuesto, XMILE cuenta con pistas de accesibilidad: audiodescripción para personas ciegas, subtitulado para personas sordas y, desde hace poco, una pista en lengua de signos. La suma de estos valores, y las diferentes actividades sorpresa que proponemos en los eventos, dotan a XMILE de esa diferenciación con otras propuestas audiovisuales.

Nuestra compañera Carmen Juan interpreta la canción ‘Sonríe’ en XMILE

Por otro lado, Tiempo de Blues (pincha aquí para ver el tráiler) es un cortometraje inclusivo. A diferencia de XMILE, donde la accesibilidad se desarrolló durante la postproducción, en Tiempo de Blues yo ya escribí el guion pensando en que toda persona que quisiera acercarse a las proyecciones (aquí puedes ver cómo se hizo la versión en LS), fuera capaz de disfrutarlas en igualdad al resto. De esta forma, ya fuimos capaces de integrar en el guión recursos visuales y auditivos que, aunque a priori estaban destinados para que las personas con discapacidad pudieran seguir mejor la historia, también funcionan para todas las personas por igual, enriqueciendo la obra artística.

También cabe destacar la versión en lengua de signos que hemos realizado junto con FESORD CV. Tiene un punto muy diferenciador: en vez de trabajar con un intérprete oyente que signe todos los diálogos del cortometraje, se realizó un casting de personas sordas que fueran físicamente parecidas a cada uno de los personajes de Tiempo de Blues. De esta forma, cada vez que habla uno de los protagonistas, las personas sordas signantes pueden seguir perfectamente las escenas y entender mejor el diálogo, puesto que su adaptación a lengua de signos se ha realizado por personas sordas signantes y por parte del equipo creativo del cortometraje, logrando una combinación única entre cine y lengua de signos.

Esta idea enlaza con otra de las propuestas inclusivas y novedosas de Tiempo de Blues, y es que, aunque el cortometraje no tiene como temática la discapacidad, un 25% del equipo de rodaje ha sido formado por personas con diversidad funcional.

Con ellos has demostrado que con un poco de ingenio y creatividad es posible impulsar la accesibilidad multisensorial de los contenidos audiovisuales. ¿Qué te llevó a poner en marcha XMILE, el primero de estos proyectos?

Antes de XMILE, mis trabajos más conocidos provenían del género fantástico, del fashion film, y del terror. También tengo en mi portfolio un gran número de vídeos musicales para grupos de rock duro y heavy metal, por lo que escribí XMILE para abrir mis posibilidades como cineasta. XMILE, aunque todavía se ubica en el campo de la ciencia ficción, aborda temáticas menos oscuras, lo que me permitió dar el salto a proyectos de géneros tan dispares como Tiempo de Blues, comedia dramática, o todo mi trabajo dentro del formato documental y de la inclusión.

Otro de los principales motivos de este giro, además de expandir mi marca profesional, fue el primer guion de largometraje que escribí, “SWING – La Vida de un Secreto”. La película es una comedia dramática con toques de intriga, y la escribí en 2010, cuando estaba inmerso totalmente en la fantasía y el terror. Por ello, conseguir desencasillarme y llegar a un sello estilístico en el que SWING tuviera sentido, me ha llevado la friolera de casi diez años, pero ha valido la pena. SWING es mi próximo proyecto como director, y ¡mi primera película inclusiva!

¿Cómo es la experiencia que disfrutan los espectadores cuando van al cine a ver cualquiera de los dos cortometrajes? ¿Cómo ha sido la acogida de ambos proyectos?

XMILE y Tiempo de Blues están diseñados para que la experiencia sea diferente en cada evento que organizamos. Disponemos de mucho contenido audiovisual accesible, y hemos diseñado un gran número de actividades que mezclan cine e inclusión, por lo que el público no solamente asiste a ver un cortometraje con ciertas particularidades, sino que, además, se divierte y conoce más acerca de cómo de llegar a más personas a través de la cultura.

Otra parte importante de lo que promulgamos es realizar un ejercicio de empatía conjunto, por lo que es importante ponerse en la piel de los demás para tratar de que el mensaje llegue de la mejor forma posible a todas las personas.

Al ser una experiencia tan especial, las reacciones generales del público son de sorpresa. En general, esa es la sensación que me llevo siempre, muchísimo calor, cariño, apoyo, y… ¡ganas de más!

Hace poco lanzaste un título en la universidad de Experto en Comunicación Inclusiva y vas a dedicar gran parte del verano a hacer charlas y talleres en Perú para promover la creación de contenidos culturales accesibles. ¿Qué les dirías a otros realizadores, directores de cine o creadores de piezas audiovisuales para que se animen a hacer sus contenidos más accesibles?

Creo que la inclusión es una de las piedras sobre las que se va a cimentar nuestro futuro. También nuestro presente, pues la tecnología ya permite hacer películas accesibles. Ahora es cuestión de mejorar el proceso de trabajo y diseñar los proyectos para un mayor número de personas desde el origen; ya sea en el sector audiovisual, o en cualquier sector. Hablamos de un cambio de paradigma universal y transversal.

De todas formas, creo que esta meta social es igual de relevante que el enriquecimiento profesional y personal que deviene de la experiencia.

Luchar por una cultura diseñada para todas las personas me parece una línea de trabajo y de investigación apasionante, muy novedosa y llena de posibilidades.

Gracias Miguel Ángel, ha sido un placer conocerte y conversar un rato contigo sobre la accesibilidad y la inclusión, que tan importantes son y tanta falta hacen en el sector audiovisual. Desde Visualfy seguiremos atentos a tus nuevos pasos 😉

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