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Las personas sordas, olvidadas en los proyectos de accesibilidad de las bibliotecas españolas

   

Mejorar la accesibilidad de las bibliotecas para las personas con discapacidad es imprescindible para conseguir la inclusión, porque la cultura y la educación están en la base de la igualdad de oportunidades. En los últimos años se ha hecho un gran esfuerzo por parte de las Administraciones Públicas para eliminar barreras, pero la accesibilidad auditiva se ha quedado fuera de la mayoría de los proyectos de accesibilidad. Te contamos qué puedes hacer si eres Administración Pública para cumplir con la legislación en materia de accesibilidad auditiva, y también qué puedes reclamar si eres una persona sorda usuaria de una biblioteca.

Las bibliotecas deberían ser lugares abiertos, a los que todo el mundo pueda acceder sin barreras. Su objetivo es garantizar el acceso a la formación, la educación y la cultura de todos los ciudadanos y es imprescindible para la integración y la inclusión. Todas las personas, sin importar su condición, tenemos derecho a participar y disfrutar de todos los servicios públicos que en la sociedad en la que vivimos hay disponibles, como ciudadanos de pleno derecho y en cumplimiento de la legislación vigente.

Pero, si visitamos cualquier biblioteca de nuestro entorno descubriremos que la mayoría no dispone de las medidas de accesibilidad necesarias para facilitar su uso a las personas sordas y con pérdida auditiva. No hay avisos luminosos para alertar en caso de emergencia, tampoco bucles magnéticos ni material adaptado en lengua de signos, comprometiendo la seguridad y usabilidad del espacio para personas con pérdida auditiva. Algunas bibliotecas, sin embargo, ya han dado el paso para no dejar atrás a nadie, aquí te contamos como lo han hecho.

El derecho de las personas sordas a disfrutar de una cultura sin barreras, reconocido por ley

Hace años que numerosos organismos nacionales e internacionales subrayan la importancia de la accesibilidad en todos los ámbitos para garantizar la participación social de todos los miembros de la sociedad, incluidas las personas con discapacidad. Muchas veces no somos tomadas en cuenta por pertenecer a minorías sociales pero tenemos el mismo derecho que cualquier otro ciudadano a movernos libremente por nuestro entorno, hacer gestiones en administraciones públicas o disfrutar de los servicios que se nos ofrecen, como el acceso a las bibliotecas.

La Asamblea General de las Naciones Unidas en su Convención de los Derechos de las Personas con Discapacidad reconoce el “derecho de las personas con discapacidad a participar, en igualdad de condiciones con las demás, en la vida cultural” e insta a que se adopten “todas las medidas pertinentes para asegurar que las personas con discapacidad tengan acceso a las bibliotecas.” (Art. 30)

Asimismo, la UNESCO en sus Directrices para el desarrollo del servicio de bibliotecas públicas sostiene que “los servicios han de ser accesibles a todos los miembros de la comunidad, lo que supone edificios bien situados, buenas salas de lectura y estudio, tecnologías adecuadas y un horario suficiente y apropiado.”

Por último, la Ley de Igualdad de oportunidades, no discriminación y accesibilidad universal (Ley 51/2003) también anima a apostar por la accesibilidad universal planteando un diseño para todos, 100% inclusivo que permita la independencia de los usuarios. ¿El objetivo? “Garantizar y reconocer el derecho de las personas con discapacidad a la igualdad de oportunidades en todos los ámbitos de la vida política, económica, cultural y social.”

Soluciones para facilitar la accesibilidad de las personas sordas y con pérdida auditiva a las bibliotecas

Como ves, facilitar la accesibilidad en las bibliotecas es una tarea necesaria pero sobre todo urgente. Hacerlo conforme a las normas del diseño universal e inclusivo para tener en cuenta las necesidades físicas o cognitivas de todos los usuarios es primordial. En este apartado resumimos algunas de las soluciones clave para adaptar las bibliotecas a las necesidades de las personas sordas y con pérdida auditiva, y cumplir así con la legislación en materia de accesibilidad.

¿Eres una persona sorda o tienes pérdida auditiva y te encuentras barreras también en las bibliotecas? Disfrutar de la cultura como cualquier otra persona es tu derecho. Acuérdate de reclamar las soluciones de accesibilidad que necesites cada vez que te encuentres obstáculos. Si por el contrario eres una Administración Pública y la accesibilidad auditiva está entre tus tareas pendientes, no dudes en contactarnos para hacerlo posible, ¡es mucho más fácil de lo que crees!